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ASAJA-Jaén insta a reforzar los controles para evitar la propagación de Xylella fastidiosa

ASAJA-Jaén insta a reforzar los controles para evitar la propagación de Xylella fastidiosa

ASAJA-Jaén insiste en la necesidad de reforzar los controles fronterizos y destinar dinero a la investigación contra la Xylella fastidiosa para evitar su propagación más allá de los focos localizados en Italia.

Esta ha sido una de las conclusiones de la la jornada ‘La amenaza de las enfermedades del olivar: Xylella fastidiosa y Verticilium dahliae’ a la que asistieron el pasado 10 de junio más de 400 agricultores que conocieron de la mano de los investigadores del CSIC, entre otros aspectos, la forma en la que se transmiten ambas enfermedades o, en el caso de la Xylella, su obligatoriedad, por ley, de denunciar casos sospechosos.

La organización agraria insistió en dicha jornada en la necesidad de reforzar los controles y la investigación para evitar que la bacteria de la Xylella fastidiosa se propague más allá de la zona localizada actualmente, en la Apulia italiana. Además, hace hincapié en la necesidad de destinar partidas económicas por parte de la UE a esta investigación y a los olivares ya afectados o que puedan ser víctimas en un futuro de la Xylella.

En la jornada, celebrada en IFEJA Jaén, se estudiaron dos de las enfermedades más letales que afectan hoy en día al olivar, el Verticilium dahliae y la Xylella fastidiosa, de la mano de dos de los investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): Miguel Montes y Rafael Jiménez Díaz, este último, además, presidente de la Asociación Española de Sanidad Vegetal.

En relación a Xylella, Jiménez Díaz dejó claro que la causa una estirpe muy específica de la Xylella fastidiosa, que es la subespecie pauca y que, sobre ella, se centran actualmente todas las investigaciones del CSIC para su detección y protocolo diagnóstico. El investigador aclaró que la Xylella destruye, “y destruye el árbol adulto y el jovencito” y que el peligro reside en la facilidad de propagación, a través de los insectos “que chupan el xilema del árbol y mantienen la bacteria en su aparato bucal”.

“Son insectos que existían antes de la bacteria y existirán, pero que deben de ser diana, ser reducidos en población, para mermar la magnitud del efecto de contagio en los casos en que sea necesario”, apuntó, quien puntualizó también que el agricultor, por ley, debe de denunciar si sospecha de un árbol o explotación afectado. “Es su obligación”, dijo.

En cuanto al Verticilium, un viejo conocido ya entre los agricultores y para el que aún no hay remedio definitivo, se explicó el medio de transmisión y cómo evitar posibles contagios del hongo, además de repasar cómo estaba la situación en los años ochenta, cuando comenzó a conocerse la enfermedad, y en qué punto nos encontramos ahora, momento en el que, si bien no hay solución global, sí algunos métodos para reducir el impacto de la enfermedad en el árbol y evitar contagios innecesarios a través del suelo o de plantas ya infectadas.

Además de Jiménez Díaz y Miguel Montes, también intervinieron en las jornadas Juani Nieto y Dolores Peña, que han presentado el Centro de Asesoramiento Técnico Agrario Olivarum, de la Fundación Caja Rural.