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Planes de bioseguridad para prevenir la PPA

Planes de bioseguridad para prevenir la PPA

El Grupo Operativo de prevención frente a la peste porcina africana (PPA) (GO Prevpa) está trabajando para la transferencia de herramientas innovadoras en bioseguridad, con la finalidad de reducir los riesgos asociados a la fauna silvestre, en este caso el jabalí.

A través de uno de sus socios, el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), en el grupo operativo se están poniendo en marcha planes de bioseguridad para las ganaderías porcinas en extensivo con la intención de delimitar la trasmisión de agentes patógenos como puede ser la peste porcina africana (PPA).

El IREC comenzó a investigar cómo poder reducir el riesgo de interacción entre el ganado y los ungulados silvestres para prevenir la aparición de enfermedades compartidas a partir de 2013. Para ello, evaluaron si este riesgo estaba presente en 100 explotaciones extensivas (45 porcinas y 55 bovinas), mediante un protocolo desarrollado en tres fases.

En este sentido, ahora en el GO Prevpa, la primera fase consiste en la recopilación de información general, así como de los potenciales puntos o acciones de riesgo.

En una segunda fase se elabora un plan de acción específico para cada explotación, que se entrega al ganadero, en el que se enumeran y clasifican los riesgos y se proponen medidas de mitigación (prioritarias y alternativas) para reducir la exposición en cada punto de riesgo. Meses después, en una tercera fase, las explotaciones se auditan de nuevo para evaluar su grado de implementación.

Estos planes personalizados de acciones específicas de bioseguridad en ganaderías extensivas porcinas deben de contemplar todos los tipos de riesgo, jerarquizándolos y priorizando actuaciones. Para ello, se describen, geolocalizan y fotografían los puntos de agua, alimentación, cerramientos, etc., con la intención de identificar todas las áreas de riesgo y recopilar la mayor información posible.

Además, se trata de que sea un plan de acción práctico, es decir, que las medidas propuestas puedan ser abordables por el ganadero, recalcando siempre que el riesgo cero no existe, pero que el objetivo fundamental es atenuar el riesgo al máximo.

 

Resultados y coste para el ganadero

Los resultados de las explotaciones ya analizadas demuestran que la mayoría de los puntos de interacción de riesgo alto o muy alto están asociados a abrevaderos, especialmente manantiales y charcas con un diámetro inferior a 20 metros. Por el contrario, los puntos de alimentación y aquellos asociados a instalaciones para la gestión del ganado se han categorizado como de riesgo bajo o muy bajo.

Teniendo esto en cuenta, el siguiente paso es jerarquizar las actuaciones en función a los riesgos detectados, priorizando buscar tanto la segregación del uso del agua entre especies reservorio como que cada abrevadero sea más seguro.

Las medidas propuestas van desde la instalación de vallados permanentes o de acceso selectivo hasta la sustitución de estos puntos por bebederos artificiales adaptados a cada especie.

La estimación económica de aplicar las medidas prioritarias supone un coste medio para el ganadero de 14.730€ en cada explotación, 25.7€ por hectárea y 799.4€ por cada punto de riesgo. No obstante, desde el IREC también recomiendan la aplicación de otro tipo de medidas que no suponen ningún coste para el ganadero y son altamente efectivas, como la rotación de parcelas respetando los periodos de vacío sanitario, repartir el alimento a primera hora y en cantidad justa o colocar comederos lejos de pasos y zonas querenciosas para la fauna silvestre.

El Grupo Operativo Prevpa, en base a toda la información recopilada por el IREC, aplicará las medidas que considere necesarias para analizar el riesgo del jabalí frente a la bioseguridad externa en explotaciones de porcino intensivo y extensivo, como parte de su plan de acción.