Comunidad

El rastrojo, pieza clave para evitar la erosión del suelo en La Parrilla

El rastrojo, pieza clave para evitar la erosión del suelo en La Parrilla

La Parrilla es una finca de la campiña cordobesa (municipio de Fuente Palmera), dedicada a cultivos extensivos, con unas 300 ha de superficie. Dada la acusada pendiente de gran parte de las parcelas que integran la finca, la erosión provocada por el agua de lluvia y riego genera considerables pérdidas de suelo. El rastrojo generado por una rotación de cultivos de maíz, algodón y trigo, manejados con agricultura de conservación (mínimo laboreo, siembra directa) ha permitido reducir muy significativamente las pérdidas de suelo que reiteradamente se venían produciendo después de episodios importantes de lluvias otoñales e invernales. Los residuos de los diferentes cultivos componentes de la rotación, así como el propio cultivo durante su desarrollo, permiten mantener el suelo siempre cubierto, objetivo prioritario para reducir la erosión.

Con anterioridad a la década de los setenta, la finca La Parrilla se mantenía en secano, con una rotación de trigo y girasol. Al incluirse dentro de un proyecto de modernización, hacia el año 1975, se transformó en regadío. Como consecuencia, se implantaron diferentes cultivos (principalmente maíz), lo que supuso un importante aporte de agua de riego mediante pivot, sobre un suelo con pendientes importantes.

Rafael Calleja, director técnico de la sociedad agraria a la que pertenece la finca, comenta que hace más de diez años se han tomado medidas para reducir las cuantiosas pérdidas de suelo evidenciadas en la finca. En particular cuando se procedía al cultivo del maíz, dado que la parcela sobre la que se desarrolla tendrá que soportar una pluviometría media de 500 mm durante los meses de otoño, invierno y primavera, a lo que habría que sumar unos 500 mm de agua de riego durante el verano aportados por un pivot, para cubrir las necesidades hídricas del cultivo. Finalmente, la parcela en cuestión, recibe una precipitación de agua durante la mayor parte del año y de cuantía aproximada de 1.000 mm. Con estos antecedentes, si no se tomaran las medidas adecuadas, los fenómenos erosivos serían cuantiosos y frecuentes.

Con todo, en las parcelas con pendientes más relevantes, se observan diferencias en productividad entre zonas altas y laderas (erosionadas) respecto de las zonas bajas (sedimentación)

 

Implantación del sistema de cultivo alomado y mantenimiento del rastrojo

El establecimiento de una rotación de cultivos es requisito imprescindible para un manejo bajo la agricultura de conservación.

La propuesta supone iniciar la rotación partiendo del rastrojo de trigo tras su cosecha. La primera intervención sería con una labor de chísel, seguida de grada de discos y finalmente alomado a 95 cm de separación entre lomos. El alomado supone proveer, a la semilla del cultivo a implantar, de unas condiciones de tempero (humedad y temperatura) adecuadas, que aseguran una germinación e inicio de desarrollo vegetativo.

«Para controlar el efecto “devastador” de la erosión, protegemos el suelo durante todo el año con un residuo y/o el propio cultivo»

El primer cultivo de la rotación sería el maíz, sembrado sobre el lomo (realizado en el mes de julio del año anterior) que se encuentra con una cubierta vegetal controlada mediante la aplicación de herbicida (por ejemplo glifosato), procedente del desarrollo de trigo adventicio resultante del cultivo anterior. La cubierta de trigo adventicio se implanta a partir de las primeras lluvias otoñales, asegurando la protección del suelo durante todo el invierno.
El cultivo de maíz corresponde a un ciclo FAO 700, con una densidad de 100.000 plantas/ha, transgénico Bt (resistente a taladro), y con un elevado vigor en nascencia que asegure una adecuada germinación e implantación sobre la cubierta vegetal seca.

La máquina sembradora es de siembra directa y de precisión. La cosecha del cultivo se realiza a finales de agosto o principios de septiembre y la producción media oscila entre 13 y 14 t/ha, con un 15% de humedad en el grano. El rastrojo de maíz es suficientemente abundante y persistente como para mantener el suelo cubierto y protegido desde septiembre hasta abril del año siguiente, momento en el que se procederá a la siembra, sobre el mismo lomo que recibió el cultivo anterior, del algodón.

Resto de rastrojo de maíz y trigo en el suelo donde se desarrolla el cultivo del algodón.

El cultivo del algodón se siembra con la misma máquina que el maíz, con una densidad de siembra tal que finalmente se llegue a 180.000 plantas/ha. La cosecha del cultivo se realiza en octubre, con una producción objetivo de 3 t/ha. Posteriormente, y sin mediar operación alguna, es decir, sobre el rastrojo de algodón, a principios de noviembre, se sembraría trigo, con una máquina de siembra directa para cereal, a una dosis de 180 kg semilla/ha.

Calleja aclara que la elección del algodón como cultivo constituyente de la alternativa, se hizo atendiendo a criterios tanto de rentabilidad, como es obvio, como por el escaso aporte de residuos, lo que facilita la siembra de los restantes cultivos que conforman la alternativa. Por otro lado, el carácter erecto y semileñoso de la planta de algodón recolectado actúa a modo de “tutor” sobre el cultivo de trigo subsiguiente, por lo que se reducen significativamente los problemas de encamado.

 

Problemas derivados del rastrojo abundante: cochinillas y babosas

En cuanto a las enfermedades, por el momento, Calleja comenta que no aparecen problemas especiales más allá de las propias de estos cultivos. En plagas, en cambio, sí que hay que destacar dos: babosas y cochinillas de humedad cuya presencia y daños en los cultivos sobre suelos labrados, no es significativa.

Uno de los problemas derivados del rastrojo son las plagas de babosas y cochinillas.

El desarrollo (y consecuente daño sobre el cultivo) está directamente relacionado con el nivel de residuo que permanezca en la parcela, de tal manera que las elevadas acumulaciones de rastrojo, combinado con precipitaciones abundantes, generan unas condiciones idóneas para la proliferación de éstas. El cultivo más afectado es el algodón, le sigue el maíz con una incidencia de daño mucho más baja y, finalmente, el trigo, sobre el que no se han apreciado daños.

El control de babosas supone el uso de metaldehído, mientras que para la cochinilla de humedad, se recurre a desplazar el residuo mediante un rastrillo de soles diseñado para ello, previo a la siembra del algodón.

 

Planes de futuro en el proyecto

En un futuro próximo, el director técnico de la sociedad a la que pertenece la finca planea cambiar el cultivo del algodón por una leguminosa, probablemente soja. Ambos cultivos tienen un ciclo similar (siembra en abril y recolección en septiembre) con lo que su cambio no alteraría la rotación.

La soja es muy interesante agronómicamente: fija nitrógeno y deja poco residuo, lo que facilita la siembra posterior del trigo y, probablemente, el cultivo no resultaría tan complejo como en el caso del algodón.

 

Rentabilidad e innovación

A la pregunta de si es su negocio rentable, Rafael Calleja responde que sí, porque considera que, gracias al nuevo manejo de la explotación, las producciones objetivo de los tres cultivos no han mermado, llegando incluso en algún momento a incrementarse. Por otra parte, sí que es significativa la reducción de costes en mecanización, fertilizantes y agua de riego.

En el plazo de diez años, los niveles de materia orgánica (MO) en el suelo se han elevado, en el perfil de los primeros diez centímetros, una media de 1,5%. Los niveles de fósforo y potasio han seguido una evolución similar, con incrementos de su contenido en el suelo muy significativos. El aporte de agua de riego, por su parte, también desciende por razones que tienen que ver con la porosidad, efecto sombreo, recarga hídrica del perfil del suelo, etc.

A la pregunta de si esta forma de trabajar es aplicable en otras zonas, Calleja responde que: “el concepto de siembra directa se puede materializar, si previamente se analizan las condiciones particulares de medio en el que se pretende implantar”.