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Diagnóstico de la savia del olivo para la mejora del fertirriego

Diagnóstico de la savia del olivo para la mejora del fertirriego

El uso correcto de los fertilizantes forma parte del Código de las Buenas Prácticas Agrarias. Un exceso, un uso fuera de tiempo o un desequilibrio entre nutrientes pueden ocasionar problemas medioambientales. Es recomendable aplicar fertilizantes en pequeñas dosis y de forma fraccionada durante las diferentes épocas del ciclo de cultivo con el fin de optimizar las producciones y la calidad de los cultivos. Este proceso se puede conseguir con la tecnología de fertirrigación apoyada en un diagnóstico adecuado de la nutrición de la planta.

Carlos Cadahía 1, Enrique Eymar 1 y Jose María Manzanares 2. 1 Dpto. Química Agrícola y Bromatología. Facultad de Ciencias. Universidad Autónoma de Madrid. 2 Ingeniero Técnico Agrícola.

El método de diagnóstico que proponemos, basado en más de cuarenta años de experiencia, aplicado a diferentes cultivos y concretamente al olivar, consiste en el análisis de la savia extraída de los tejidos conductores de los brotes del año.

Figura 1. Esquema del proceso de fertirrigación.

La superficie de unos 2,5 millones de hectáreas de olivar en España, con más de un 30% de regadío, justifica la importancia de cualquier mejora en el proceso del control de nutrición del cultivo.

En el sistema de fertirrigación se manejan disoluciones concentradas de nutrientes que, previa dilución en los cabezales de riego, llegan a los goteros con diferentes relaciones entre ellos según las épocas del ciclo de cultivo. El diagnóstico de la savia nos permite controlar las concentraciones y relaciones entre nutrientes para cada cultivo, variedad, momento fenológico, suelo, agua de riego y condiciones climáticas.

Foto 1. Toma de muestra de brotes del año.

Los datos del análisis de savia nos permiten sincronizar las exportaciones del cultivo con las aplicaciones de disoluciones fertilizantes. Por otra parte, este diagnóstico nos permite deducir las interacciones entre el suelo, aguas de riego y disoluciones fertilizantes, que en definitiva dan lugar a los nutrientes que toma el cultivo procedentes de la disolución del suelo y de elementos de reserva retenidos en el coloide del suelo.

En la foto 1 y en la figura 1 se presenta la toma de muestra de brotes del año y el esquema del proceso de fertirrigación, respectivamente.

Los valores de referencia que permiten interpretar los análisis de savia se deducen para cada caso comparando los niveles en la savia de árboles de buen desarrollo con los que presentan algún problema de nutrición. Además, se consideran los valores orientadores generales para cada época del ciclo deducidos experimentalmente.

 

Ventajas del análisis de savia

Las principales ventajas de esta técnica son:

  • Información en tiempo real. Es decir, conocimiento del estado nutritivo del cultivo en el momento de la toma de muestra, para definir la disolución fertilizante adecuada a cada momento fenológico.
  • Respuesta rápida a la fertirrigación que se está aplicando con la posibilidad de mejora.
  • Cuadro I. Intervalos de nutrientes contenidos en la savia (mg/l).

    Diagnóstico precoz de un problema de nutrición.

  • Elevada sensibilidad a cambios nutricionales.
  • Posibilidad de optimizar la fertirrigación.
  • Información sobre la interacción de las disoluciones fertilizantes con el suelo y agua de riego.
  • Obtención de niveles de referencia de nutrientes y de reservas como aminoácidos y glúcidos, para cada época del ciclo de cultivo.
  • El análisis de savia resuelve las limitaciones del análisis foliar que se refieren a que el foliar nos da un valor medio desde que se inicia el ciclo de cultivo hasta el momento de la toma de muestra, consecuencia de un solapamiento de varios estadios de nutrición, lo que no nos permite relacionar los datos del análisis con una época de nutrición determinada. Por lo tanto, no es posible realizar un diagnóstico precoz para cada época del ciclo, disminuyendo así la eficacia de la correspondiente recomendación de abonado. Además, el análisis foliar nos informa de los contenidos totales de nutrientes y no sobre fracciones activas como, por ejemplo, los nitratos.
  • Cuadro II. Niveles de referencia (mg/l) en cada momento del ciclo de cultivo.

    Respecto al método tradicional de fertirrigación, que considera el análisis foliar del mes de julio, es difícil de aceptar que se utilice como base, en­tre otros argumentos, con el fin de diagnosticar la fertilización de la planta para el año siguiente. Por otra par­te, creemos que no es admisible que no se tenga información alguna de la nutrición de la planta en ciertos mo­mentos fenológicos en un cultivo en el que realizamos fertirrigación. Y por tan­to, no se pueden corregir las posibles desviaciones que tengamos en la nu­trición del mismo. Sin embargo, el diag­nóstico de savia que proponemos nos informa de la nutrición de la planta en cada momento fenológico, con la posibilidad de mejora del fertirriego.

  • La savia nos permite realizar un buen control de salinidad que es uno de los factores negativos para la nutrición del olivo aunque este cultivo sea me­dianamente tolerante a dicha salinidad.
  • Hemos encontrado una buena relación de los niveles de nutrientes en la savia con las características del suelo y agua de riego para conocer la causa de un problema de nutrición.

 

Determinaciones en savia

Los nutrientes que pueden determinarse en la savia, además de otros elementos y moléculas orgánicas (aminoácidos, glúcidos, etc.) son: nitratos, fosfatos, cloruros, potasio, calcio, magnesio, sodio y boro.

En el cuadro I se indican los datos que comprenden los valores de nutrientes hallados en la savia para diferentes épocas del ciclo de cultivo respecto a distintos tratamientos fertilizantes. Respecto a los niveles de referencia orientadores para la interpretación del análisis de savia, los intervalos recomendados se indican en el cuadro II.

 

Fertirrigación racional con el diagnóstico de la savia

El método a seguir para conseguir optimizar la fertirrigación del olivo se apoya en:

  • Debe disponerse de los análisis de suelo y agua de riego. Se considerarán las interacciones con la disolución fertilizante.
  • Foto 2. Prensa de extracción de savia.

    Se propone una disolución fertilizante de partida, en función de la experiencia en cada cultivo y de los análisis de suelo y agua de riego. Esta disolución se fabricará a partir de los correspondientes fertilizantes líquidos concentrados y se adaptará en función de los análisis de savia que se realicen a par­tir de las tres o cuatro semanas de iniciarse la fertirrigación. Se utilizarán los valores de referencia correspondientes a partir de la floración.

  • Se controlará la disolución que llega a los goteros comparándola con la propuesta para comprobar una correcta fertirrigación.
  • Se procede al análisis de savia según se indica en siguiente proceso de toma de muestras de brotes del año, extracción y análisis de savia:

• Toma de muestras de brotes de año.
• Separación de hojas y tejido conductor.
• Troceado del tejido conductor (0,5 cm aprox.).
• Congelación con éter dietílico.
• Descongelación, prensado y se­paración de la fase acuosa (savia).
• Purificación de la savia mediante centrifugación.
• Análisis de nutrientes en diluciones 1:10 1:25.

Figura 2. Interacción del potasio en la disolución fertilizante.

Para la extracción de la savia se utiliza una prensa como la de la foto 2. Una vez extraída y analizada, se interpretan los resultados por comparación con los de referencia en cada época del ciclo de cultivo indicados en el cuadro II. Si es posible, esta interpretación, que se considera orientadora, debe completarse con los datos correspondientes a la finca estudiada y, en función de los resultados de la savia, se modifican las concentraciones de la disolución fertilizante para conseguir una mejora de la nutrición.

Estas mejoras se realizan con muestreos en la floración, fructificación y maduración del fruto en mayo, julio y septiembre. Por último, al final del cultivo se estudian los resultados obtenidos de producción y de rendimiento en aceite.

 

Interacciones del suelo con la disolución fertilizante

La disolución fertilizante que llega a los goteros interacciona, antes de ser tomada por la planta, con los componentes físicos y químicos del suelo, constituyendo la verdadera disolución del suelo que nutre a la planta. En las figuras 2 y 3 se presentan dos casos característicos de dicha interacción.

Figura 3. Interacción del fósforo en la disolución fertilizante con el suelo.

El potasio es adsorbido por el coloide del suelo y fijado de forma reversible hasta la saturación de los puntos de intercambio con la planta (figura 2).

El fósforo (figura 3) puede precipitar, en parte, por la caliza del suelo y también retenerse en forma de fósforo de cambio sobre el calcio adsorbido en la arcilla.

Estas y otras reacciones físico-químicas tienen un impacto en la nutrición de la planta que puede estudiarse en los resultados del análisis de savia y tenerse en cuenta para optimizar la nutrición. En resumen, la savia nos informa del conjunto de fenómenos físico-químicos que intervienen en la nutrición de la planta.

 

Evolución de nutrientes en savia durante el ciclo de cultivo

En las figuras 4 y 5 se representan las variaciones que se obtienen durante el ciclo de cultivo en condiciones salinas.

 

Ejemplo de diagnóstico en un olivar

Exponemos un caso concreto de una finca experimental en el que se ha seguido la metodologia expuesta anteriormente consiguiendo buenos resultados.

Figura 4. Concentraciones de nitrato y cloruro en savia durante el ciclo de cultivo.

Se trata de un suelo de textura con un 36% de arcilla, calizo, no salino y niveles medio-altos de elementos asimilables.

Se tuvo en cuenta el alto porcentaje de arcilla considerando que habría una fijación reversible de potasio. También el nivel de caliza por la interacción Ca/K.

El agua de riego era algo salina con denominación C3S1. Se aplicó en la disolución fertilizante (DF) una cantidad relativamente elevada de nitrato. La alcalinidad de 2,7 de bicarbonato se consideró para calcular la cantidad de ácido de la disolución fertilizante concentrada.

La DF recomendada inicialmente fue: 8-1-5 meq /l de N, P y K (8-2,5-8,5% en peso).

Figura 5. Concentraciones de potasio, calcio, magnesio y sodio en savia durante el ciclo de cultivo.

Después de realizar los primeros análisis de savia en la floración se recomendó 10-1-9 meq/l en goteros, que equivale 6,5-1,5-10% en peso, incluida la concentración máxima posible recomendada por la fábrica de fertilizantes para la correspondiente dilución en el cabezal de riego. Después de realizar los análisis de savia en septiembre se propuso: 12-1-10 meq/l en goteros que corresponde a 7,5-1,5-10 en % en peso.

En el cuadro III se exponen los datos de análisis de savia obtenidos en septiembre (laboratorio C+E Analítica de La Rin­co­na­da, Sevilla). Los datos de referencia, considerados como valores aceptables para el comienzo de la maduración, nos indican las diferencias con los datos de los árboles superintensivos de la misma finca. Para el elemento fundamental en la maduración, el potasio, se obtienen valores deficientes para los su­perintensivos. Se observan, asimismo, diferencias en el mismo sentido para el calcio y magnesio. Por lo tanto, el diagnóstico de sa­via puede servirnos para adecuar la fertirrigación a la densidad de plantación en el superintensivo.

Cuadro III. Análisis de savia. Año 2018 (mg/l).

La ligera deficiencia de nitrato adquiere menor importancia en esta época de ma­duración. Se puede deber a la utilización de cloruro potásico en la fertirrigación en parte del ciclo de cultivo, provocada por el antagonismo nitrato/cloruro durante la absorción de nutrientes por la planta. Como consecuencia de una nutrición equilibrada para las muestras de re­ferencia se obtuvieron buenos resultados en el año 2018 con 13.000 kg/ha de producción y 18,5% de rendimiento en aceite (285 olivos /ha).

En el presente año 2019, y a la vista de los análisis de savia antes citados, se es­pera continuar e incluso superar los resultados. La eficacia de la metodología que presentamos se puso de manifiesto en las fin­cas estudiadas, al conseguirse buenos resultados con aplicaciones de unidades fertilizantes menores que con el método tradicional.