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Recolección mecanizada del cultivo de cítricos, una alternativa de futuro

Recolección mecanizada del cultivo de cítricos, una alternativa de futuro

En los últimos años se han establecido las primeras explotaciones con orientación a industria en las que los marcos de plantación se han adaptado, según tipología de finca y disponibilidad de empresas de servicios de maquinarias agrarias, a diferentes tipos de recolección mecanizada. En este artículo se muestran las distintas opciones en cuanto a la recolección mecanizada se refiere en función del marco de plantación elegido.

F.J. Arenas-Arenas, E. Romero-Rodríguez, J.M. Corredera y A. Hervalejo. IFAPA Centro Las Torres-Tomejil (Alcalá del Río, Sevilla).

La producción mundial de cítricos registrada en 2016 fue de 124,25 millones de toneladas de fruta, siendo sus principales productores China (32,71 millones de t) seguida de Brasil (16,56 millones de t) y EE.UU (7,83 millones de t) (FAO, 2017). España es el sexto productor mundial de cítricos con una producción de 7,09 millones de toneladas y una superficie dedicada a dicho cultivo de 295.331 hectáreas (Mapama, 2018). Aunque Es­paña se encuentra muy lejos de las producciones de China y Brasil, es el principal país en lo referido a exportaciones en fresco con 3,02 millones de toneladas (Ma­pama, 2018), consolidándose como primera potencia mundial seguida de Su­dá­frica (1,70 millones de t) y Turquía (1,50 millones de t) (FAO, 2017).

Recolección manual de una plantación de cítricos

Foto 1. Recolección manual de una plantación de cítricos

En lo que se refiere a la distribución de la producción nacional por especies, el naranjo dulce es la más predominante con una superficie de 141.639 hectáreas (3,66 millones de t), seguido de mandarino con 109.127 hectáreas (2,38 millones de t) y limonero con 41.099 hectáreas (0,96 millones de t) (Mapama, 2018).

Aunque el principal destino de la producción es el mercado para fresco, la industria transformadora (17%) actualmente emerge como una interesante alternativa de mercado, orientada a la producción de zumos refrigerados de calidad. Así lo revela el escenario internacional de la industria del zumo, el cual viene marcado por una reciente merma de producción de los principales países productores de zumo concentrados, Brasil y EE.UU. (como consecuencia de aspectos meteorológicos y el azote de la enfermedad del Huanglongbing o HLB), los cambios en los hábitos de los consumidores europeos (principal consumidor de zumo) hacia productos más saludables y de mayor calidad y la estratégica posición geográfica de España frente a Europa que permite el abastecimiento de zumos refrigerados de alta calidad.

No obstante, la mejora de la rentabilidad de las explotaciones de cítricos, más si cabe de las orientadas a industria, re­quiere de sistemas de cultivo o nuevas tecnologías orientadas a la reducción de los costes de producción. En este sentido, sólo la recolección de la fruta supone entre el 43% y el 50% del coste final de explotación, seguida de la poda con un 16% (To­rre­grosa et al., 2010, Gutiérrez et al., 2012).

El gran coste de la recolección se debe a que ésta se efectúa de forma manual (foto 1), con un importante consumo en mano de obra, dirigida a satisfacer la alta calidad externa exigida por el mercado en fresco, principal destino de la producción de cítricos nacional. En este sentido, la recolección mecanizada de los cítricos, orientada a las características estructurales de las plantaciones de cítricos de España, se presenta como una estrategia de reducción de costes interesante dirigida a la mejora de la competitividad y rentabilidad de las explotaciones de cítricos para la industria (Arenas et al., 2012).

Durante las últimas décadas, el cultivo de los cítricos se ha intensificado reduciendo el marco de plantación más habitual a 6 x 4 m. No obstante, en los últimos años se han establecido las primeras explotaciones con orientación a industria en las que los marcos de plantación se han adaptado, según tipología de finca y disponibilidad de empresas de servicios de ma­quinarias agrarias, a diferentes tipos de re­colección mecanizada.

Tipos de recolección mecanizada para la industria

Es esencial el desarrollo de una maquinaria adecuada para reducir los costes de gestión y mejorar la competitividad de las explotaciones (Arenas et al., 2012), sin em­bargo, gran parte de la investigación a este respecto se llevó a cabo entre los años setenta y noventa, principalmente en Florida (foto 2).

 Equipo de recolección mecanizada por aire desarrollado en Florida

Foto 2. Equipo de recolección mecanizada por aire desarrollado en Florida.

Actualmente, los sistemas de recolección mecanizada que se han impuesto son los vibradores, existiendo dos tipos principales: vibradores de tronco y sacudidores de copa. La convivencia de estos dos sistemas, basados en principios de funcionamiento muy diferentes, atiende a razones del diseño de la plantación y de la formación de los árboles.

Al contrario de lo que ocurre en las fincas más tradicionales, caracterizadas por amplios marcos de plantación y grandes volúmenes de copa de los árboles, donde los vibradores de tronco (foto 3) se presentan como la única opción posible; en las plantaciones mo­der­nas de cítricos, con marcos de plantación rectangulares y distancias entre filas suficientes para el pase de los equipos, son los sistemas sacudidores de copa la alternativa de mayor interés, permitiendo el derribo continuo de los frutos a lo largo de la fila y la posibilidad de acoplar estructuras de recogida de los frutos antes de que éstos lleguen al suelo.

Detalle de la recolección de un naranjo con un vibrador de troncos.

Foto 3. Detalle de la recolección de un naranjo con un vibrador de troncos.

Los sistemas de recolección con sacudidores de copa disponen de varios tambores, verticales o ligeramente inclinados, en los que se disponen varas horizontales en sentido radial. Las varas (de unos 2 m de longitud) penetran parcialmente en la copa del árbol con un movimiento horizontal oscilatorio producido por el desplazamiento del tambor. La rotación, libre o controlada, del tambor alrededor de su propio eje permite que el sistema avance sin romper las ramas.

Los sacudidores de copa pueden re­coger a un lado o ambos lados del árbol al mismo tiempo. En ambos ca­sos, los sistemas disponen de estructuras de recogida, limpieza y zona de descarga continua o almacenamiento. Para la descarga del fru­to se pueden emplear indistintamente re­molques, palas cargadoras o vehículos adaptados para ello.

Dentro de los sistemas sacudidores de copa se diferencian:

Sacudidor de copa accionado y re­molcado por un tractor. En este caso el tractor es el responsable de accionar y arrastrar la unidad de recolección (foto 4). La fruta derribada del árbol cae al suelo y después de forma ma­nual los operarios la recogen en cajas o espuertas, siendo posteriormente transportadas a un remolque.

 

 

– Sacudidor de copa autopropulsado con estructuras de recogida. Sis­te­ma compuesto por dos unidades de re­colección simétricas autopropulsadas que trabajan en paralelo a ambos la­dos de la fila de árboles (foto 5). Cada unidad de recolección irá seguida de un tractor con remolque (o ca­mión) donde caerá la fruta derribada e interceptada a través de un sistema de recogida y una cinta de descarga.

 

–Sacudidor de copa cabalgante autopropulsada. Unidad de recolección au­topropulsada que realiza la recolección en ambas caras de la fila de árboles (fotos 6, 7 y 8). Su estructura consiste en dos pórticos unidos mediante mecanismos telescópicos que permite variar la anchura de trabajo de la máquina, adaptándose así a distintos tipos de plantaciones.

Resultados preliminares obtenidos en ensayos realizados con sacudidores de copa en plantaciones de cítricos en Es­paña apuntan a que con una adecuada adaptación de las plantaciones de cítricos (árboles de copas altas, faldas elevadas y formación en seto) junto con la conveniente regulación de los equipos, se podrían obtener elevados porcentajes de derribo sin ocasionar daños considerables al árbol ni afectar la calidad interna de los frutos (Arenas et al., 2011; Blanco et al., 2011).

No obstante, la implantación de este tipo de sistemas, pesados y voluminosos, se encuentra con los siguientes inconvenientes en España: tamaño reducido de las explotaciones, ya que la mayoría presenta una superficie inferior a 2,5 hectáreas, orografía accidentada del terreno, pre­sencia de suelos pesados y régimen de lluvias estacional (primavera).

Las lluvias de primavera en plantaciones de suelos pesados dificultan el acceso de estos equipos en el momento óptimo de recolección de la fruta de las principales variedades de industria: variedades de naranja tardías o de media estación. Un considerable retraso en la recolección mecanizada de estas variedades supone el riesgo de derribo de frutos inmaduros, comprometiendo con ello la cosecha de la si­guiente campaña.

Cultivo superintensivo de cítricos

El cultivo superintensivo de cítricos consiste en plantaciones de súper alta densidad (1.600-2.200 árboles/ha) con árboles de reducido vigor. El empleo de marcos de plantación más estrechos, 3,5-4 x 1,25-1,5 m, dirigido a la formación de setos permitiría un alto grado de mecanización (fo­to 9). En otros cultivos, como el olivar, el cultivo superintensivo ha permitido conseguir un aumento muy notable de la rentabilidad en relación al olivar tradicional.

Detalle de una plantación de súper alta densidad de cítricos

Foto 9. Detalle de una plantación de súper alta densidad de cítricos.

Respecto a este tipo de sistema de cultivo en cítricos hay poca experiencia en el mundo. La adquirida por Ifapa a lo largo de varios años apunta a que el éxito de este sistema de plantación reside en la se­lección del material vegetal (variedades y patrones de carácter subestándar, se­mienanizante o enanizante), el diseño de la plantación, la formación de los árboles y su manejo (Arenas et al., 2011; Blanco et al., 2011; Arenas y Hervalejo, 2012).

En lo referente a material vegetal y di­seño de las plantaciones el Ifapa en colaboración con Agromillora Iberia inició un proyecto para el desarrollo de tecnología en plantaciones de cítricos de súper alta densidad. Así, en 2009 se establecieron en Andalucía las primeras parcelas experimentales con diferentes patrones de cítricos enanizantes, procedentes del programa de mejora genética de patrones de cítricos del IVIA (foto 10).

Parcela experimental de súper alta densidad en cítricos.

Foto 10. Parcela experimental de súper alta densidad en cítricos.

Fruto de estos ensayos se han generado conocimientos sobre el comportamiento de diferentes patrones al sistema de cultivo superintensivo, determinando su efecto sobre el comportamiento agronómico de la variedad, e identificando el diseño y manejo más apropiado de este sistema de plantación (Arenas et al., 2013).

Respecto a la mecanización del cultivo, Ifapa en colaboración con la empresa Agromillora Iberia, viene realizando ensayos de recolección mecanizada en parcelas experimentales (foto 11) en los que se ha puesto de manifiesto el gran potencial del equipo de recolección cabalgante tipo vendimiadora teniendo en cuenta los elevados porcentajes de derribo conseguidos (>90%) y la ausencia de importantes da­ños en la estructura del árbol.

No obstante, la rentabilidad (kg/ha) de una plantación de este tipo requiere de un sistema de carga diferente al ensayado (llenado de tolvas y descarga en camión), apostando por un sistema de brazo de descarga continua sobre remolque que per­mita ahorrar tiempos y optimizar la operación de recolección.

Según la experiencia obtenida en los diferentes ensayos de recolección, con una regulación de trabajo de 2,5 km/h y 440 rpm de sacudida se podría alcanzar un rendimiento de trabajo aproximado de 1 hora/ha.

Experiencia de recolección en una parcela experimental de cítricos en súper alta densidad.

Foto 11. Experiencia de recolección en una parcela experimental de cítricos en súper alta densidad.

Sin embargo, el rendimiento alcanzado va a estar condicionado por aspectos en el diseño de la plantación, tales como la longitud de las líneas de plantación, la existencia de calles bien acondicionadas para la descarga y el transporte de la fruta recogida y la disponibilidad de amplios márgenes a la entrada y salida de las líneas de plantación que faciliten la maniobra del equipo.

Para este sistema de cultivo se requiere de un formato de planta más pequeño, de fácil transporte, con una alta uniformidad y procedente de viveros certificados, los cuales garanticen el estado sanitario y la calidad de la planta comercializada. Además, ésta presenta el punto de injerto (unión patrón-variedad) más alto que el de las plantas convencionales acortándose los tiempos de multiplicación en vivero. Esto reduce los costes de producción y abarata los precios, suponiendo una me­nor inversión inicial para el agricultor, as­pecto importante teniendo en cuenta la alta cantidad de plantas necesarias por hectárea.

Para la configuración de la línea de plantación existen varios sistemas, técnicas y materiales con los que dirigir y guiar a la planta hasta conseguir la estructura vertical deseada: entutorar el plantón utilizando estructuras rígidas e independientes (estacas o tutores) utilizando un sistema de sujeción (presillas, mallas, cuerda, etc.), siendo ésta una opción más económica, o colocar estructuras, postes y alambres para su fijación, lo que supone una mayor inversión y por ello, mayores costes (foto 12).

Detalle del empleo de estructuras para la formación de la línea de plantación.

Foto 12. Detalle del empleo de estructuras para la formación de la línea de plantación.

Además, se presenta interesante el empleo de acolchado de malla negra como técnica de cultivo complementaria a este tipo de sistema por las ventajas que presenta en cuanto a crecimiento y producción del árbol y la reducción de algunos costes de cultivo (control de adventicias y riego) (Hervalejo et al., 2012; Romero-Rodríguez et al., 2013). Se aconseja que el sistema de riego se coloque por debajo del acolchado, colocándose desde el inicio de la plantación las dos líneas de emisores por fila de árboles, manteniendo una de ellas anuladas hasta que el cultivo adquiera un mayor porte y por consiguiente una mayor de­manda hídrica.

Entre otras técnicas de cultivo asociadas a la recolección mecanizada se identifica la poda mecánica dirigida a la formación de setos de dimensiones controladas: 2,5 m de altura máxima, 1,5-2 m de an­chura lateral y faldas levantadas del suelo aproximadamente unos 60 cm (foto 13). A fin de reducir los daños del pase del equipo de recolección la formación del árbol debe de ir dirigida a dejar los primeros 70 cm del tronco (desde la base del árbol) libre de ramificaciones.

Para conseguir estas estructuras de árbol se deben realizar tres pases de poda mecánica al año. El primero, que se corresponde con la poda anual, se realizará tras la recogida de la fruta, y los otros dos pases, cuya función es la de eliminar chupones, se realizarán uno en junio-julio y otro en septiembre-octubre.

Detalle de los setos de una plantación adulta.

Foto 13. Detalle de los setos de una plantación adulta.

Además, es aconsejable alternar, de forma puntual, la poda mecanizada con intervenciones manuales en el interior del árbol. Éstas están orientadas al aclareo de la copa, eliminando tocones, chupones de gran desarrollo, resecos y ramas improductivas a los que la máquina no tiene acceso. La modalidad de poda mecanizada a realizar se fundamenta en una poda en altura o topping, una poda lateral o hedging y una poda de falderas.

La poda en altura o topping consiste en podar las ramas de la parte alta rebajando la altura de la copa del árbol eliminando las ramas más altas, de baja productividad. Con la poda lateral o hedging, se podan los laterales del árbol de forma continuada en el sentido de la calle, con lo que se conseguirá una formación en seto de la línea de cultivo.

Y, por último, la poda de faldas consiste en realizar cortes horizontales de las ramas bajas con tres objetivos principales: primero, favorecer la operaciones de recolección, reduciéndose los daños ocasionados al árbol y mejorándose la eficiencia de derribo del equipo; se­gundo, evitar el contacto de los frutos con el suelo, evitando la proliferación de Phy­tophthora spp. y, por tanto, el aguado de los frutos; y tercero, en los casos en los que no se opte por el acolchado de malla ne­gra y fuese necesario la eliminación de las malas hierbas, este tipo de poda mejora la aplicación de herbicidas en zonas situadas bajo la copa y reduce los daños por toxicidad en la parte baja del árbol (salpicaduras o deriva de herbicidas).

 Detalle de una plantación adulta de cítricos en superintensivo.

Foto 14. Detalle de una plantación adulta de cítricos en superintensivo.

Entre las ventajas del sistema de cultivo superintensivo cabría destacar la rápida entrada en producción del cultivo, los bajos costes de recolección, así como la reducción de otros costes de producción (poda, control de malas hierbas, tratamientos nutricionales y/o fitosanitarios), la mejora de la calidad del producto (cosecha rápida en el momento óptimo de calidad organoléptica) y el mejor control fitosanitario de plagas y enfermedades.

Por otro lado, desde el punto de vista de las posibles marras de árboles en el inicio de cualquier plantación, éstas en el sistema de cultivo superintensivo supone una menor repercusión sobre la producción global de la plantación. Aunque este sistema requiere de una mayor inversión inicial, éste es amortizable a medio plazo por todas las ventajas mencionadas anteriormente (foto 14).

Por último, entre las consideraciones a tener en cuenta en este sistema de cultivo están la mayor cualificación y/o asesoramiento técnico requerido, así como la existencia de empresas de servicio de maquinaria de recolección tipo vendimiadora en la zona. n