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Vino azul hecho en el desierto de Almería

Vino azul hecho en el desierto de Almería

El único vino azul de Europa hecho en el desierto se produce desde hace poco en Almería. Es una de esas curiosidades que nacen gracias a la imaginación de alguien inquieto y que están destinadas a triunfar desde su primer minuto de existencia. Para encontrar el origen de este vino azul tan especial hay que desplazarse hasta un pequeño municipio llamado Uleila del Campo, situado en plena comarca de Filabres-Tabernas, a unos 55 kilómetros de la capital almeriense.

Por Armando García. Periodista.

Uleila es un municipio tranquilo, con menos de 1.000 habitantes, pero lleno de gente emprendedora que ha sabido modernizar las actividades tradicionales de la agricultura y la ganadería. Allí tiene su sede Bodegas Perfer, donde embotellan y comercializan con éxito un vino azul cargado de aromas frutales que ya está triunfando en Europa, Rusia y China.

A diferencia de otros vinos azules que se elaboran en España, los de Perfer son completamente naturales y en sus ingredientes no hay lugar para los colorantes artificiales. El color azul infinito y luminoso que contiene cada botella se obtiene gracias a una receta única de maceración, en la que juegan un papel importante las diferentes frutas que se combinan para hacer posible este producto único. La piel de las uvas Chardonnay y de las ciruelas son en gran parte las responsables directas del tono azulado del vino, mientras que el mango o el maracuyá aportan un bouquet de aromas que van ocupando pausadamente su lugar en el paladar.

Interior de la bodega con las cubas de maceración.

Interior de la bodega con las cubas de maceración.

Blú Perfer, más seco, y Perferido Blú, más afrutado, son las dos marcas comerciales del vino azul elaborado en Almería. Son vinos azules elaborados en el único desierto de Europa, en una zona con un clima muy especial y con unas condiciones únicas de suelo y humedad que conceden al vino un sabor y un color más intensos, además de un porcentaje más elevado en azúcares.

“Es sorprendente, pero nuestros viñedos del desierto florecen hasta un mes antes de lo normal, y eso provoca que la uva esté más tiempo en contacto con la planta, porque la vendimia sí se hace en las fechas habituales”, explica Juan Pérez, propietario de la bodega, quien reconoce que las condiciones de clima y suelo del desierto producen vinos con una graduación alcohólica natural entre 14 y 15 grados.

Su creatividad y su enorme imaginación hacen que Juan se implique a fondo en la producción del vino azul, que refleja su personalidad, sus sueños y sus inquietudes. “El azul es un color infinito, el color del cielo y del mar, me apasiona”, confiesa Juan Pérez, que representa la tercera generación de una saga familiar entregada a la producción artesanal de vino en una de las comarcas secularmente más pobres y áridas de la provincia de Almería.

De los tintos y blancos de sus antepasados, Juan Pérez ha pasado a la elaboración de un vino muy aromático que transmite toda la personalidad de su creador. Su experiencia profesional en coctelería fue la que le llevó un buen día a intentar reproducir en vino la maceración con frutas y el tono azul que observaba en algunos de los gin tonic más exigentes. Tras una fase de prueba y error, el resultado final le sorprendió gratamente, y después el mercado le ha dado la razón.

Elaboración

El vino azul se basa en la elaboración de un blanco monovarietal con uva Chardonnay 100%. Obtenido el vino que se usa como base, el secreto del vino azul está en la receta de la maduración, completamente personal al estilo de los viejos maestros del vermú. Una exigente selección de los ingredientes y el dominio de los tiempos de reposo deben combinarse perfectamente en la quietud de la bodega. Para la maceración, en Perfer se utilizan depósitos en acero inoxidable con 15.000 litros de capacidad.

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Estado actual de maduración de la uva Chardonnay que se comenzará a vendimiar en septiembre.

Durante unos quince días, el vino blanco reposa en condiciones controladas junto con la mezcla de uvas, ciruelas y demás frutas. Con el paso de los días, el vino base se impregna completamente con los aromas frutales y adquiere su brillante, intenso e inigualable tono azul que lo hace único y fácilmente reconocible. El proceso de elaboración culmina con la fase de filtrado, que elimina todos los restos vegetales de los frutos empleados durante la maceración, y con el embotellado manual.

La magia conseguida en la bodega alcanza su máxima expresión cuando el vino se sirve muy frío en el momento de degustarlo. Esa magia que el vino azul del desierto despierta en los sentidos ya ha traspasado las fronteras. Bodegas Perfer está comercializando su vino azul, con un precio en torno a 6 euros, en casi toda Europa y también en Asia. Las expectativas son de continuo crecimiento, ya que el vino azul está gustando mucho en países distantes y muy diferentes al concepto mediterráneo del vino. Rusia y Ucrania son buenos ejemplos de mercados emergentes para las bodegas Perfer. La producción actual de unas 200.000 botellas al año ya se queda pequeña y los planes para aumentar a corto plazo la producción son inmediatos.

 

Ampliar la producción

En el vecino pueblo de Lubrín, en colaboración con su ayuntamiento y con la Diputación Provincial, Bodegas Perfer está a punto de poner en producción unas 15 hectáreas de terreno con unas condiciones inigualables. A esta ampliación se sumarán otras 15 hectáreas a medio plazo en una zona que aún está por elegir. Los nuevos viñedos se certificarán en ecológico para conquistar un mercado muy exigente “en el que sabemos que nuestros vinos naturales tienen cabida y estamos convencidos de que tendrán gran aceptación”, asegura Juan Pérez, el propietario de la bodega, quien reconoce que jamás habría sospechado el éxito que alcanzaría con su vino azul, gracias al cual ha generado seis empleos fijos para atender la bodega y los viñedos durante todo el año.

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El azul del vino del desierto se confunde con el azul del Mediterráneo en Cabo de Gata.

Los últimos años han sido de una actividad frenética desde que Bodegas Perfer abrió sus puertas en 2004 y comenzó a elaborar blancos y tintos con la uva cosechada en sus primeras 42 hectáreas de viñedo. Fue una apuesta muy fuerte, con la que Juan Pérez quiso conservar la tradición familiar y al mismo tiempo innovar en un mercado tan competitivo como es el del vino. Antes de la bodega, los viñedos de la familia tenían un poco de todo, hasta que Juan decidió arrancar las viñas antiguas y sembrar en espaldera variedades comercialmente muy interesantes como Tempranillo, Garnacha, Merlot, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Airén.

Bodegas Perfer es también un destino turístico que cientos de visitantes conocen cada año. Británicos y suecos componen el grueso de los grupos que semanalmente recorren las instalaciones de la bodega y conocen de primera mano las características que hacen diferentes a estos caldos del desierto de Almería. Las visitas se completan con catas guiadas con las que los visitantes pueden comprobar el resultado final de esa combinación única de clima, suelo y aridez en un desierto europeo que comparte mucho con sus vecinos suelos del norte de África.

Tras afianzar la meta de producir el único vino azul de Europa hecho en el desierto, las experiencias con los colores y los aromas no cesan. En Bodegas Perfer ya trabajan en un nuevo proyecto para la elaboración de un vino rojo intenso que llevará fresas y frutos rojos en su composición.

de Bodegas Perfer, a las afueras de Uleila del Campo.

Exterior de Bodegas Perfer, a las afueras de Uleila del Campo.