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Agrovoltaica como solución para aumentar los ingresos de los agricultores

Agrovoltaica como solución para aumentar los ingresos de los agricultores

No merece la pena, por ser ampliamente conocido por los lectores de Agronegocios tratar aquí acerca de los resultados económicos que se derivan de la actividad empresarial agropecuaria. Sin embargo, cabe decir que en muchos casos los resultados conseguidos por los agricultores son exiguos y muy variables en el tiempo. Por ello cualquier solución que aumente los ingresos o reduzca los gastos de la explotación y si los efectos son más estables en el tiempo va a ser siempre positiva.

José Santos Pulido. Ingeniero Agrónomo. Jssolar2000@yahoo.es

La agrovoltaica es una tecnología que consiste en utilizar simultáneamente el terreno para la agricultura y para producir energía eléctrica con una instalación solar fotovoltaica. Es importante no confundir esta tecnología con poner módulos fotovoltaicos, en cubiertas de naves o en el suelo de las fincas, para producir electricidad para el propio consumo de la explotación. En la agrovoltaica los módulos están sobre las plantas cultivadas o entre las líneas de estas, por lo que en mayor o menor medida interfieren en la radiación solar que llega a aquellas.

La tecnología agrovoltaica fue inicialmente propuesta por científicos del Instituto Fraunhofer ISE de Alemania en 1981, pero su desarrollo comercial no ha despegado hasta el 2019. En dicho año se pusieron en marcha al menos 18 instalaciones en el mundo, de las cuales siete tenían una potencia conjunta de 695 MW sobre una superficie de 10.800 has, seis con potencia conjunta de 38 MW y otras cinco con escasos datos y desde entonces el número de instalaciones ha seguido creciendo.

En cuanto a España, el número de instalaciones identificadas es mucho más pequeño salvo una de cierta importancia localizada en la provincia de Albacete. En la actualidad hay dos instalaciones de envergadura que están todavía en fase de proyecto.

Cabe pensar que la agrovoltaica solo sería adecuada en donde haya escasez de terreno, como en las islas o en áreas muy pobladas. Sin embargo, se ha demostrado que la sombra creada por los módulos sobre las plantas lleva a una reducción de las necesidades hídricas de los cultivos y produce efectos cualitativos significativos. También los módulos pueden proporcionar protección a las plantas ante las circunstancias climatológicas adversas.

Por otra parte, en la mayoría de los cultivos se produce una reducción de la producción, que está ligada a la reducción de la radiación solar recibida, aunque esa no es lineal. En cualquier caso, hay varios temas que hay que tomar en consideración adecuadamente antes de invertir en una instalación agrovoltaica como el granizo o los golpes de calor.

Hay dos aspectos de la agrovoltaica que son los más importantes a mi juicio. El primero es que en contraposición con los parques solares convencionales, en la agrovoltaica se sigue cultivando la tierra y por tanto la actividad agrícola no desaparece. El segundo es que la electricidad producida puede ser usada por el agricultor o vendida a un tercero. Esto supone menos gastos o más ingresos, y ambos más estables en el tiempo. En general los beneficios por la parte fotovoltaica superan a las pérdidas por el menor rendimiento del cultivo.

Teniendo en cuenta lo anterior no debería haber ninguna duda en que todos los agricultores se acogieran a la agrovoltaica, pero el gran obstáculo es la inversión necesaria para efectuar la instalación fotovoltaica, lo que depende de la potencia máxima que se pueda ubicar en finca, y esta a su vez del tipo de cultivo. De ello se deriva una idea generalizada en el sector de la agrovoltaica de que hay tantas agrovoltaicas como cultivos.

Para tener una idea aproximada acerca del monto de las inversiones necesarias, se van a estimar los valores de dos parámetros básicos. El primero sería la relación entre potencia pico de la instalación y la superficie ocupada, que fijamos en 600 kW/ha.

El segundo la relación entre el monto de la inversión y la potencia de la instalación fotovoltaica, que se establece en 1.250 €/kW . Según lo anterior y con unas sencillas multiplicaciones se llega a la conclusión de que el coste para una ha. sería de 750.000 euros., que sin duda es elevado.

Para afrontar la inversión necesaria, incluso para instalaciones agrovoltaicas pequeñas, va a ser imprescindible que haya un programa de subvenciones de capital o de intereses por parte de las administraciones públicas. Otra forma de implementación de la agrovoltaica podría ser que los agricultores arrendaran el vuelo del terreno para módulos solares de igual forma que están ahora arrendando tierras a los promotores de parques solares a 25 años de plazo.

Un aspecto de gran significación es el efecto ecológico positivo que tendría el desarrollo de la agrovoltaica, sobre todo si la generación está distribuida en instalaciones de dimensión reducida, entre uno y tres MW, ubicadas en explotaciones agrícolas distribuidas alrededor de poblaciones rurales, lo que se podría llamar anillo agrovoltaico.

Las instalaciones del anillo podrían cubrir una buena parte del consumo eléctrico de las poblaciones rodeadas, reduciéndose las pérdidas por el transporte de la electricidad y el consumo de agua para riego. Y todo ello mejorando la economía de los agricultores y reduciendo el precio de la electricidad para los consumidores en general, si se aplica una solución colectiva al binomio producción/consumo, mediante la creación de comunidades energéticas.