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Nuevas vías de inmunidad frente al virus ARN

Nuevas vías de inmunidad frente al virus ARN

Científicos del CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia han descubierto que las proteínas ECTs son capaces de actuar contra el virus ARN.

En todos los organismos conocidos, el ARN decodifica la información genética contenida en el ADN para producir las proteínas que realizarán las funciones del organismo vivo. Este ARN puede sufrir una serie de modificaciones denominadas modificaciones epigenéticas.

La principal modificación epigenética es la metilación, donde se producen alteraciones en la transcripción genética sin necesidad de que se produzca una alteración en el ADN. Esta modificación está regulada por proteínas escritoras (metiltransferasas), borradoras (desmetilasas) y lectoras, que se unen al ARN modificado y modulan la función del mismo. La alteración de los niveles de cualquiera de estas proteínas tiene un profundo impacto en el ciclo de infección de los virus.

Ahora, un grupo de investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) y la Universitat Politècnica de València (UPV), que ya había demostrado cómo un virus de ARN de plantas, el virus del mosaico de la alfalfa o AMV, secuestra la maquinaria celular de modificación epigenética del ARN para regular la metilación en su propio ARN, ha descubierto que un grupo de proteínas de plantas pertenecientes a una familia denominada ECTs participan como efectores de la respuesta inmune frente al virus del mosaico de la alfalfa.

En el nuevo trabajo de este equipo se analiza el papel que tienen las proteínas lectoras en este proceso de modificación del ARN del virus que permite su infección. Mediante el uso de diferentes plantas mutantes, han demostrado que estas proteínas, que en plantas se conocen como ECTs, son efectores directos de la inmunidad antiviral contra un virus de ARN modificado para permitir la infección.

“Este mecanismo defensivo está mediado por la interacción directa de estas proteínas con el ARN viral, tal y como pusimos de manifiesto utilizando un potente método de marcaje por proximidad conocido como HyperTRIBE”, describe Mireya Martínez-Pérez, primera autora del trabajo. “Estas ECTs poseen unas regiones ricas en aminoácidos como la tirosina que favorecen su interacción y agrupamiento en condensados biomoleculares mediante un proceso que se conoce con el nombre de separación de fase. Esa propiedad de formar acúmulos es donde parecen residir sus propiedades antivirales”, afirma Frederic Aparicio, profesor de la UPV participante en el trabajo.

La desregulación de la modificación del ARN está implicada en muchas enfermedades humanas, incluido el cáncer, y en infecciones de origen viral. “Descubrir un nuevo mecanismo antiviral siempre abre nuevas expectativas para el desarrollo de estrategias de control de enfermedades, en este caso virales”, asegura Pallás. “El diseño de moléculas homólogas de las ECTs antivirales o inhibidoras de las proteínas desmetilasas provirales puede ensanchar el limitado repertorio de estrategias de combate frente a los virus de plantas”, remarca el investigador.