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Grupo Matarromera, una de las mejores pymes españolas en innovación

Grupo Matarromera, una de las mejores pymes españolas en innovación

El Grupo Matarromera fue galardonado el pasado mes de noviembre con el premio “Innovación+sostenibilidad+red” en la categoría de mejor pyme española. Este premio se suma a los muchos que posee la compañía, gracias a las fuertes inversiones y puesta en marcha de proyectos innovadores y sostenibles. Aunque la parte más conocida del Grupo Matarromera sea como empresa vitivinícola, gracias a su política de diversificación, se están haciendo un hueco en el sector oleícola, gracias a su nueva marca OliDuero.

Estos premios fueron otorgados por el diario Expansión, junto a Bankinter y E.ON, y coordinados con IE Business School. Ya en 2007, el grupo también fue nombrado como mejor pyme medioambiental de España por el IESE y, desde entonces, se ha hecho patente su labor investigadora en los diferentes sectores en los que actúa, principalmente, en el sector vitivinícola.

Se puede decir que este premio no es al azar, ya que el Grupo Matarromera comenzó un ambicioso programa, denominado “Matarromera sostenible en el planeta Tierra”, por el que se han destinado importantes inversiones para estructurar y desarrollar una fuerte política de sostenibilidad e innovación en todo el grupo, para el periodo 2005-2015. En cuestión de I+D+i ya se han invertido cerca de 40 millones de euros, con un total anual de entre 3,5 a 4 millones de euros (aproximadamente un 30% de la facturación anual del grupo).

Gracias a estas inyecciones de dinero, en la actualidad se encuentran presentes en más de sesenta proyectos (Cenit Demeter, Cenit Sernifood, Life HAproWINE, la reducción de histaminas en el vino y la extracción de polifenoles del vino aplicados en productos de alta cosmética, entre otros), enmarcados en doce líneas de investigación y han desarrollado hasta siete patentes internacionales.

Uno de sus representantes, Remi Sanz, director de comunicación y relaciones institucionales de Grupo Matarromera, comentó que uno de los objetivos principales de este grupo vitivinícola es el de seguir con su política de diversificación en diferentes sectores de actividad, con ese enfoque sostenible e innovador que les caracteriza.

Desde sus comienzos, cuando Carlos Moro, fundador y presidente del grupo, creó la primera bodega en 1988 “Matarromera”, en Valdebuena de Duero, hasta la actualidad, con sus siete bodegas y la presencia indiscutible en el mercado vitivinícola, el grupo amplía sus miras de negocio con la introducción en el sector oleícola y la producción de sus nuevos aceites de oliva virgen extra marca OliDuero.

 

Nueva línea de mercado: OliDuero

El Grupo Matarromera ha entendido que en la zona de Valladolid se dan las condiciones para producir aceite de oliva virgen extra (AOVE) de buena calidad. En el año 2007 comenzó este ambicioso proyecto OliDuero, junto a la Bodega Emina Rueda, en Medina del Campo y que ha contado con una inversión de 1,5 millones de euros en total.

Creado en el 2007, el jardín de variedades que se asienta en el perímetro de la almazara.

Para realizar una primera aproximación al cultivo, se han valido de un jardín de variedades en el mismo recinto de la bodega. En él, existe una treintena de variedades de olivar de los más diversos orígenes a nivel nacional y mundial que han servido para contrastar cómo se desarrollan las distintas variedades en el mismo tipo de suelo, clima y prácticas agronómicas donde se va a implantar el olivar y elegir las más idóneas.

Este jardín, junto con el Centro de Interpretación del Olivo, serán dos de las atracciones para el oleoturismo que pretenden realizar en el conjunto de la explotación, incrementando el interés por este producto en España.

 

La plantación

Alberto Gómez de la Madrid, enólogo de la bodega Emina y director de la almazara OliDuero.

El enólogo de la bodega Emina y director de la almazara OliDuero, Alberto Gómez de la Madrid, también es el responsable de la gestión del olivar, que se ubica en las provincias de Valladolid y Zamora. La superficie cuenta con más de 70 ha, donde se desarrollan tres variedades: Arbequina (51,4 ha), Arbosana (2 ha) y Picual (17 ha). A corto plazo, pretenden aumentar la superficie a más de 100 ha.

El olivar se desarrolla en un sistema de conducción superintensivo, a marco 4 x 1,5 m. Y con emparrado para poder recoger la aceituna de forma mecanizada mediante una vendimiadora adaptada. El riego es por goteo.

La poda se realiza redirigiendo el arbusto a la zona del emparrado. Al ser el olivo una especie con carácter vecero, mediante la poda, se intenta regular la producción.

El olivar en superintensivo les permite mecanizar la cosecha con ayuda de una vendimiadora modificada.

Uno de los problemas a los que se enfrentan en la zona son las heladas tempranas, que pueden provocar que los aceites sean de peor calidad. Al recoger la aceituna sin madudar (recogida en verde), tienen poco rendimiento graso pero se consigue aceite de alta calidad. Si las heladas llegan a producir daños en el árbol, buscan un chupón para volver a formar el olivo.

La recogida de aceituna se realiza en apenas una semana. Realizan la cosecha de forma lenta (2 h/ha), para evitar daños a la aceituna en el tren de vendimia.

 

Una nueva almazara

Tras la plantación de los olivares, la creación de la almazara era una consecuencia lógica para el grupo. Además, hasta la fecha no había una almazara en Valladolid inscrita en el Régimen de Agricultura Ecológica, por lo que tenían que recurrir a otras provincias para molturar su aceituna.

Remi Sanz, director de comunicación de Grupo Matarromera, en el interior de la nueva almazara.

La nueva almazara de OliDuero cuenta con tan sólo cinco meses de vida y está construida sobre unos criterios de sostenibilidad y ecoeficiencia. Por ello, además de contar con la tecnología más puntera, incorporan numerosas prácticas sostenibles en sus procesos de producción. Por ejemplo, no desechan el hueso, que es utilizado como biocombustible en su caldera de biomasa para dar calor a las instalaciones (agua sanitaria, batidora, aerotermos, calefacción).

En un futuro pretenden implantar paneles fotovoltaicos, pero por ahora la eficiencia lumínica la consiguen por el aprovechamiento de la luz solar y de focos LED, de bajo consumo, para los trabajos nocturnos.

La primera prensada consistió en quinientas botellas.

Aunque la producción de este año, cifrada en unos 100.000 kg, haya superado a la del año anterior, la nueva almazara tiene una capacidad de producción anual de 450.000 kg de aceituna, para elaborar unos 74.000 l de AOVE. Además de procesar las aceitunas de su propio olivar, esta almazara da también la posibilidad de trabajar la aceituna de los productores externos cercanos.

La empresa está comercializando como producto gourmet los aceites OliDuero Primera Prensada, Oliduero Prestigio, Oliduero Ecológico y Secret Blend. En total, se esperan elaborar 36.000 botellas de AOVE ecológico en esta campaña.

Interior de la nueva almazara.

La aceituna llega del campo, en remolques de acero inoxidable que son descargados en el patio de la almazara, provisto de unas tolvas de acumulación. Tras el lavado, pasan al proceso de molturación. Con ayuda de un molino de martillos, se obtiene una pasta de aceituna, junto con trozos de hueso. La masa es bombeada a la zona batido, donde se bate durante 30-40 min. La extracción del aceite se realiza en frío, no superando nunca los 25-26ºC. A mayor temperatura se pueden desnaturalizar las grasas por lo que el aceite pasaría a ser de otro tipo de calidad.

Una vez batida, pasa al decanter o centrifugadora horizontal, equipada con una serie de platos que giran a 3.500 rpm. Gracias a la fuerza centrífuga, se separa la fase sólida (alperujo) de la líquida (aceite y agua vegetal). El alperujo es redireccionado fuera, donde se separa el hueso de la aceituna y la pulpa, destinándose esta última para las almazaras de refinado. La parte líquida pasa a la centrífuga vertical, que por platos y diferencia de densidades, separa el agua del aceite, obteniendo un producto bruto.

Ya en la bodega, cuentan con depósitos desde los que se realiza el embotellado. Gracias a unos aerotermos repartidos por la bodega, consiguen mantener una temperatura constante. Otra de las novedades en la bodega es el uso de gas argón para inertizar los depósitos. Al ser un gas denso e inerte, no se mezcla con el producto y mantiene una cámara de protección en la parte superior del tanque, evitando el enraizamiento del aceite por oxidación.

El embotellado se hace según demanda.

 

El joven AOVE OliDuero

Para los ensamblajes, se basan en los criterios de los técnicos, los comerciales y el cliente, procurando elaborar un aceite afrutado y con estructura. También realizan monovarietales, con Arbequina y Picual.

Alberto Gómez de la Madrid y Remi Sanz  posando con el merchandising del aceite OliDuero.

En diciembre del año pasado, sacaron al mercado las marcas de AOVE OliDuero y OliDuero Ecológico. Aunque son conscientes de que durante estos comienzos van a tener poca cuota de mercado, poco a poco están siendo reconocidos en el sector. Por ejemplo, con su aceite OliDuero Ecológico han sido introducidos en la Guía Flos Olei 2015, con buena puntuación.

Además, tienen una línea de investigación abierta sobre las propiedades beneficiosas de sus aceites y sus compuestos más saludables, entre ellos la oleuropeina (que da un sabor amargo al aceite virgen extra) o el hidroxiterosol. Así mismo, se van a trazar diferentes proyectos de I+D+i relacionados con el aceite y los coproductos de la aceituna (preorujo, hueso, etc.).

 

Edificios ecoeficientes de la compañía

Junto a la almazara, las siete bodegas de Grupo Matarromera son edificaciones sostenibles, con un diseño pensado para la eficiencia energética y el respeto medioambiental. Por ello, la iluminación natural es aprovechada en el interior de estos recintos. Todas las bodegas cuentan con un sistema de aprovechamiento de las aguas pluviales, consiguiendo ahorrar hasta en un 50% las extracciones del acuífero.

Por otro lado, el agua residual que se utiliza en los procesos es depurada mediante el uso de una Edar (Estación Depuradora de Aguas Residuales), devolviéndola limpia al ecosistema para su reutilización. Todas las bodegas cuentan con el uso de energías renovables (térmica, fotovoltaica y uso de biomasa). El edificio de Bodega Emina, sede central del grupo, creado en 2005, es el mejor ejemplo de la compañía en cuanto a ecosostenibilidad.